miércoles, 30 de noviembre de 2011
PILDORA NUMERO CUATRO.
Llamas y no te abro, miro por la mirilla y casi de puntillas me paseo para los lados, uno y otro, y otro y uno y si los auno parecieran setecientos los pasos y los lamentos que yo tengo en mi paseo, hago un esfuerzo y vuelvo a mirar, junto mis manos y me pongo a rezar, no insistas, no llames más. Intento tranquilizarme, no soportaré más que me agarres por los pelos, que me trates como a la nada,que me ignores, que me dés bofetadas.¿Qué me pasa?...el miedo desaparece, no quiero que te vayas ¡ven!, ven aquí y te haré frente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ole a tus ovarios y a la madre que te trajo al mundo. Laredo
ResponderEliminar