Había una vez una idea que en un tiempo se ilusionó pero que aquella cabeza que la fabricó la dejó olvidada. La idea sola estaba, la habían abandonado y ella en su tristeza se quedó sin ocupar ningún lado, no sabía dónde ponerse donde colocarse cuál era su cometido ¿por que habían insistido si no la iban a utilizar? se preguntaba de continuo sin entender tal desatino de pronto otra idea surgió al ver que no cesaba de quejarse y con suavidad pero con coraje le susurra al oído: vente conmigo idea triste no dejes que te carcoman esos pensamientos que tienes, si lo haces insistiremos las dos al personaje que te ha creado y cada una por un lado atacaremos sin piedad para que ese sueño que tienes se convierta en realidad y a la vez cooperaremos para que todas las ideas no se queden en la nada si no que salgan fuera y podremos comprobar que los hombres que nos fabriquen tengan esperanza en alcanzar lo que un tiempo soñaron y ahora pretenden dejar atrás.