martes, 27 de diciembre de 2011
PILDORA NUMERO DOCE.
Precisamente por éso me gustas, por tú paciencia, por tú ausencia de prisa, por tú gracia, porque nunca te falta tiempo para dárselo a los demás, porque haces todo sín más, sín esperar nada a cambio, porque no buscas recanbio, porque no té desesperas, porque no echas balones fuera, porque miras con atención cuando fijas la mirada, porque no buscas la portada en cada conversación, porque cada trozo de mí vida depende de tú aprendizaje, porque miras con coraje lo qué pasa cada día, porque terminas la jornada cuando no tienes a nadie, porque nadie se eterniza aunque más de uno/a quisiera en tí permanecer hasta aquél amanecer que siempre quisiste y no pudiste retener.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario